31/7/08



"No somos conscientes de estar contándonos historias. Creo que Freud se refería a eso cuando dijo: "Es cómo uno lo recuerda, no lo que de hecho ocurrió". No sabemos que nos contamos historias. Y ello es parte de la dificultad en la formación en la psicoterapia, que los psicoterapeutas no conocen suficiente literatura, suficiente teatro, o suficiente poesía. El aprendiz aprende casos y diagnósticos -cosas que no abren necesariamente a la imaginación. De modo que los aprendices no se dan cuenta de que están tratando con ficciones"

James Hillman



"Mujer saliendo del psicoanalista". Remedios Varo




"¿Entendemos alguna vez lo que pensamos?.Únicamente entendemos el pensamiento que no es más que una ecuación, de la que nunca sale más de lo que hayamos metido en ella. Ése es el intelecto. Pero más allá de él existe un pensamiento en imágenes primigenias, en símbolos que son más antiguos que el hombre histórico, innatos a él desde tiempos inmemoriales, supervivientes a todas las generaciones, eternamente vivos, que colman el trasfondo de nuestras almas. Una vida plena sólo es posible si se establece un acuerdo con ellos; la sabiduría consiste en regresar a ellos. En realidad, no se trata ni de fe ni de conocimiento, sino de la concordancia de nuestro pensamiento con las imágenes primigenias de nuestro inconsciente, que son las madres inimaginables de ese pensamiento que a su vez remueve nuestra consciencia." C.G.Jung

COMPRENDER LA HISTERIA


" Subió la amplia escalera recta, con balaustrada de madera, que conducía al corredor pavimentado de losas polvorientas al que daban varias habitaciones en hilera, como en los monasterios o las posadas. La suya estaba al final, a la izquierda. Cuando llegó a poner los dedos en la cerradura sus fuerzas le abandonaron súbitamente. Temía que no estuviese allí, casi lo deseaba, y ésta era, sin embargo, su única esperanza, la última oportunidad de salvación. Se recogió un minuto, y, armándose de valor ante la necesidad presente, entró.

Rodolfo estaba junto al fuego, los dos pies sobre la chambrana, fumando una pipa.

-¡Anda!, ¿es usted? -dijo él levantándose bruscamente.

-¡Sí, soy yo!... Quisiera, Rodolfo, pedirle un consejo.

Y a pesar de todos sus esfuerzos, le era imposible abrir la boca.

-¡No ha cambiado, sigue tan encantadora!

-¡Oh! -replicó ella amargamente-, son tristes encantos, amigo mío, pues usted los ha desdeñado.

Entonces él inició una explicación de su conducta disculpándose vagamente a falta de poder inventar algo mejor.

Emma se dejó impresionar por sus palabras y más aún por su voz y por la contemplación de su persona; de modo que fingió creer, o quizás creyó, en el pretexto de su ruptura; era un secreto del que dependían el honor a incluso la vida de una tercera persona.

-¡No importa! -dijo ella mirándolo tristemente-, ¡he sufrido mucho!

Él respondió en un aire filosófico: -¡La vida es así!

-¿Ha sido, por lo menos -replicó Emma-, buena para usted después de nuestra separación.

-¡Oh!, ni buena... ni mala.

---Quizás habría sido mejor no habernos dejado nunca.-¡Sí..., quizás!

-¿Tú crees? -dijo ella acercándose.

Y suspiró.-¡Oh, Rodolfo!, ¡si supieras!... ¡te he querido mucho!

Entonces ella le cogió la mano y permanecieron algún tiempo con los dedos entrelazados, como el primer día en los comicios. Por un gesto de orgullo, Rodolfo luchaba por no enternecerse. Pero desplomándose sobre su pecho, ella le dijo:

-¿Cómo querías que viviese sin ti? ¡No es posible desacostumbrarse de la felicidad! ¡Estaba desesperada!, ¡creí morir! Te contaré todo esto, ya verás. ¡Y tú... has huido de mí!...

Pues, desde hacía tres años, él había evitado cuidadosamente encontrarse con ella por esa cobardía natural que caracteriza al sexo fuerte; y Emma continuaba con graciosos gestos de cabeza, más mimosa que una gata en celo:

-Tú quieres a otras, confiésalo. ¡Oh! ¡Lo comprendo, vamos!, las disculpo; las habrás seducido, como me sedujiste a mí. ¡Tú eres un hombre!, tienes todo lo que hace falta para hacerte querer. Pero nosotros reanudaremos, ¿verdad?, ¡nos amaremos! iFíjate, me río, soy feliz! ¡Pero habla!

Y tenía un aspecto encantador, con aquella mirada en la que temblaba una lágrima como el agua de una tormenta en un cáliz azul.

Rodolfo la sentó sobre sus rodillas y acarició con el revés de su mano sus bandós lisos, en los que a la claridad del crepúsculo se reflejaba como una flecha de oro un último rayo de sol. Emma inclinaba la frente; él terminó besándola en los párpados, muy suavemente, con la punta de los labios.

-¡Pero tú has llorado! -le dijo-. ¿Por qué?Ella rompió en sollozos, Rodolfo creyó que era la explosión de su amor; como ella se callaba, él interpretó este silencio como un último pudor y entonces exclamó:-¡Ah!, ¡perdóname!, tú eres la única que me gusta. ¡He sido un imbécil y un malvado! ¡Te quiero, te querré siempre! ¿Qué tienes? ¡dímelo! Y se arrodilló.

-¡Pues estoy arruinada, Rodolfo! ¡Vas a prestarme mil francos!

-Pero... pero... -dijo levantándose poco a poco, mientras que su cara tomaba una expresión grave.

-Tú sabes -continuó ella inmediatamente- que mi marido había colocado toda su fortuna en casa de un notario, y el notario se ha escapado. Hemos pedido prestado; los clientes no pagaban. Por lo demás, la liquidación no ha terminado; tendremos dinero más adelante. Pero hoy, por falta de tres mil francos, nos van a embargar. Es hoy, ahora mismo y, contando con tu amistad, he venido.

«¡Ah! -pensó Rodolfo, que se puso muy pálido de pronto-, ¡por eso has venido!»

Por fin, dijo en tono tranquilo:-No los tengo, querida señora mía.

No mentía. Si los hubiera tenido seguramente se los habría dado, aunque generalmente sea desagradable hacer tan bellas acciones, pues de todas las borrascas que caen sobre el amor, ninguna lo enfría y lo desarraiga tanto como las peticiones de dinero.Al principio Emma se quedó mirándole unos minutos.

-¡No los tienes! Repitió varias veces:-No los tienes... Debería haberme ahorrado esta última vergüenza. ¡Nunca me has querido! ¡Eres como los otros! Emma se traicionaba, se perdía.

Rodolfo la interrumpió, afirmando que él mismo se encontraba apurado de dinero.

-¡Ah!, ¡te compadezco! -dijo Ernma....."


Gustave Flaubert
Mdme Bovary




29/7/08

FORMACION DE TERAPEUTAS


"La psique no está construida sobre las microestructuras del cerebro o del lenguaje, sino sobre un “sustrato poético”; es decir: la psique está hecha de sus propias historias míticas, protagonizadas por los dioses, que ofrecen modelos fundamentales para construir nuestras creencias, actuar, conocer, sentir y sufrir.
De este modo, conocer la mente es conocer sus imágenes y escuchar sus historias, con una atención poética que acierte a fundir su carácter estético y terapéutico. El fin de la psicoterapia es educar la capacidad imaginativa y enseñar el arte de vivir entre las imágenes; “curar” es encontrar de nuevo el sentido perdido del vivir y el morir dentro de un universo imaginal, vivir las historias que curan, entendiendo esta “cura” no como un restablecimiento de la eficacia práctica del sujeto, sino como un cuidado fundamental, como esa inquietud en que consiste la vida, indisociable de la tarea de hacer “alma”, de imaginar, de dar sentido". James Hillman


Julio Cortazar...persigue a Charlie Parker

27/7/08

El Sí-mismo


LA NOCHE OSCURA


En una noche oscura,

con ansias en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.


A oscuras y segura,

por la secreta escala disfrazada,

¡oh dichosa ventura!

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.


En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz ni guía

sino la que en el corazón ardía.


Aquésta me guïaba

más cierta que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.


¡Oh noche que guiaste!,

¡Oh noche amable más que el alborada!,

¡Oh noche que juntaste

Amado con amada,

amada en el Amado transformada!


En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba.


El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería,

y todos mis sentidos suspendía.


Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el Amado,

cesó todo, y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.


San Juan de la Cruz

Individuación


"Si mi griego no me engaña, filosofía quiere decir amor al saber. Querer saber me parece algo natural. Qué raro, ahora viajo continuamente, no puedo ver nada, me describen las cosas, me las imagino de un modo sin duda falso, sin embargo, sé que siento los lugares. Por ejemplo, yo ayer estuve en San Juan, no se parece en nada a sentirse en Buenos Aires, y menos a sentirse en Alejandría, en Kyoto, en Texas, en fin, cada lugar tiene un modo peculiar, que llega más allá de los sentidos. Ahora, yo creo que la transmisión de pensamiento es un fenómeno continuo, que uno está permanentemente recibiendo y dando. Creo que, por ejemplo, uno siente la amistad, la indiferencia, el malquerer, el odio. No tiene que ver con lo que pensaban Condillac o Locke, que decían que todo nos llega a través de los sentidos. Uno puede darse cuenta de que el otro es inteligente, aunque el otro no diga nada. Uno está recibiendo continuamente algo, hasta los sufrimientos, hasta los sacrificios, hasta los maleficios, todo tiene algún fin. En el caso del poeta, todo lo que le pasa es una especie de arcilla que tiene que transformar, que moldear en belleza, y así todas las cosas se justifican, y los males también. Las ideologías también, la ceguera también. Yo debo agradecer esos dones, aunque a veces sean o parezcan terribles"
Jorge Luis Borges