21/12/08

EL ARBOL COSMICO

Cuento de Navidad

El doctor Bonenfantes forzaba su memoria, murmurando:
-¿Un recuerdo de Navidad?... ¿Un recuerdo de Navidad?...
Y, de pronto, exclamó: "-Sí, tengo uno, y por cierto muy extraño. Es una historia fantástica, ¡un milagro! Sí, señoras, un milagro de Nochebuena.
Comprendo que admire oír hablar así a un incrédulo como yo. ¡Y es indudable que presencié un milagro! Lo he visto, lo que se llama verlo, con mis propios ojos.
¿Que si me sorprendió mucho? No; porque sin profesar creencias religiosas, creo que la fe lo puede todo, que la fe levanta las montañas. Pudiera citar muchos ejemplos, y no lo hago para no indignar a la concurrencia, por no disminuir el efecto de mi extraña historia.
Confesaré, por lo pronto, que si lo que voy a contarles no fue bastante para convertirme, fue suficiente para emocionarme; procuraré narrar el suceso con la mayor sencillez posible, aparentando la credulidad propia de un campesino. Entonces era yo médico rural y habitaba en plena Normandía, en un pueblecillo que se llama Rolleville. Aquel invierno fue terrible. Después de continuas heladas comenzó a nevar a fines de noviembre. Amontonábanse al norte densas nubes, y caían blandamente los copos de nieve tenue y blanca.
En una sola noche se cubrió toda la llanura.
Las masías, aisladas, parecían dormir en sus corralones cuadrados como en un lecho, entre sábanas de ligera y tenaz espuma, y los árboles gigantescos del fondo, también revestidos, parecían cortinajes blancos. Ningún ruido turbaba la campiña inmóvil. Solamente los cuervos, a bandadas, describían largos festones en el cielo, buscando la subsistencia, sin encontrarla, lanzándose todos a la vez sobre los campos lívidos y picoteando la nieve.
Sólo se oía el roce tenue y vago al caer los copos de nieve.........

"Guy de Maupassant"

14/12/08

Rene Magritte

8/12/08

CONCIENCIA


"Hay dos modos de conciencia:
una es luz, y otra, paciencia.
Una estriba en alumbrar
un poquito el hondo mar;
otra, en hacer penitencia
con caña o red, y esperar
el pez, como pescador.
Dime tú: ¿Cuál es mejor?
¿Conciencia de visionario
que mira en el hondo acuario
peces vivos,
fugitivos,
que no se pueden pescar,
o esa maldita faena
de ir arrojando a la arena,
muertos, los peces del mar?"

Antonio Machado

Silencio interno...

"El mundo está callado, que callado está!!! .
Por más que estiro las orejas, ávidas,
la tierra ha perdido todo pálpito, y permanece sumida
en el oscuro silencio que penetra en ellas
y se acumula detrás de mi ojos, hasta
llenarme la cabeza: lo siento derramarse
como agua por el pecho. El mundo,
un violín acallado al que se aplican
los dedos de Pan, espera, lábil y frío
y encarnado en los pliegues insonoros
de una roca inmóvil y ciega,
cuyos bordes difumina una luna violenta,
hasta que desciende la mano que sostiene
el arco; entonces, grave y ruda,
se alza hasta sus oídos expectantes
la música de los años que pasan,
y le desborda, y se le derrama por el pecho
de hielo y oro, igual que a poniente
llamean los ocasos, y las madrugadas arden
a levante, y los cielos en calma giran
sin pausa en torno a su cabeza helada:
paz para los vivos; paz para los muertos.
Y la mano que mueve el arco
no se detiene, sino que se alza, grave y ruda,
hasta la cabeza brumosa en la que se enrosca
la tristeza interminable de los mundos,
mientras sus ojos, secos y afligidos, se ciernen
sobre las multitudes; quizá suspire
por que el mundo entero lo contemple,
mientras mudan las estaciones de lo luminoso a lo oscuro.
Las lágrimas también humedecen mis ojos
por los años que desfilan majestuosamente
por la tierra, vieja y silenciosa y fuerte y triste,
plena de vida y de sus caóticas envolturas,
y muda e impotente como yo,
confinado para siempre al mármol.
Y mis ojos esculpidos abrazan
el oscuro rostro del mundo que sueña en silencio,
puesto que mis miembros encorvados ya han estrechado
su pecho sapiente y consolador,
hasta colmar mi hambriento corazón
de una felicidad dolorosa, casi insoportable".


William Faulkner. "El mundo está callado. ¡Qué callado está!".