8/12/08

Silencio interno...

"El mundo está callado, que callado está!!! .
Por más que estiro las orejas, ávidas,
la tierra ha perdido todo pálpito, y permanece sumida
en el oscuro silencio que penetra en ellas
y se acumula detrás de mi ojos, hasta
llenarme la cabeza: lo siento derramarse
como agua por el pecho. El mundo,
un violín acallado al que se aplican
los dedos de Pan, espera, lábil y frío
y encarnado en los pliegues insonoros
de una roca inmóvil y ciega,
cuyos bordes difumina una luna violenta,
hasta que desciende la mano que sostiene
el arco; entonces, grave y ruda,
se alza hasta sus oídos expectantes
la música de los años que pasan,
y le desborda, y se le derrama por el pecho
de hielo y oro, igual que a poniente
llamean los ocasos, y las madrugadas arden
a levante, y los cielos en calma giran
sin pausa en torno a su cabeza helada:
paz para los vivos; paz para los muertos.
Y la mano que mueve el arco
no se detiene, sino que se alza, grave y ruda,
hasta la cabeza brumosa en la que se enrosca
la tristeza interminable de los mundos,
mientras sus ojos, secos y afligidos, se ciernen
sobre las multitudes; quizá suspire
por que el mundo entero lo contemple,
mientras mudan las estaciones de lo luminoso a lo oscuro.
Las lágrimas también humedecen mis ojos
por los años que desfilan majestuosamente
por la tierra, vieja y silenciosa y fuerte y triste,
plena de vida y de sus caóticas envolturas,
y muda e impotente como yo,
confinado para siempre al mármol.
Y mis ojos esculpidos abrazan
el oscuro rostro del mundo que sueña en silencio,
puesto que mis miembros encorvados ya han estrechado
su pecho sapiente y consolador,
hasta colmar mi hambriento corazón
de una felicidad dolorosa, casi insoportable".


William Faulkner. "El mundo está callado. ¡Qué callado está!".