28/8/08

INTENCION


"....Si con estos cuentos no es mi intención la ascensión espiritual, ¿que intento transmitir? Primero de todo elaboro un método de contar-historias. Las historias no exigen ni pruebas ni verdad. En lugar de argumentos, anécdotas; casos individuales deambulando alrededor de un tema. ¿El tema? El caelum de la alquimia en las vidas reales, particularmente vidas abiertas a una percepción vívida. Este método sigue el método de Jung de la amplificación: Desarrollar la fuerza de un tema amplificando su volumen con semejanzas, paralelos, analogías. El método también es "empírico" porque comienza y permanece , principalmente, en experiencias reales -aún cuando el narrador pueda no haber acentuado el fondo azul (la visión de Ravenna de Jung) o el accesorio azul (las gafas azules de Fechner). Además, el método es fenomenológico; dejar que el acontecimiento hable por sí mismo, poniendo entre paréntesis nuestros conceptos de espíritu, de lo numinoso, la coniunctio, y el Sí-mismo.
Más valioso que todo eso, creo, es la estética del método que practico. Empleo un artificio retórico "peitho", como los griegos llamaban a veces a Afrodita, para invitar, seducir, encantar, realzar y convencer por medios retóricos, hasta poéticos. Un método estético depende de texturas, imágenes, lenguaje, emoción y misteriosas sinrazones repentinas. El método cumple con su objetivo y se somete al contenido. La historia conserva las palabras cercanas a los acontecimientos, logos en el abrazo de psique. Como el mismo azul, un método estético oculta y revela, se escapa de la percepción externa, nos tienta a seguirle, y vincula de forma invisible y análoga, todas las historias y personas que coexisten en el mismo campo. El método se libera de interpretaciones y contextos personalizados. Aspira a presentar las cosas como son y también como suenan en la guitarra azul . Para usar la famosa frase de Wallace Stevens, y siguiendo también su afirmación: "Pienso en la estética como el equivalente de "apercus" que parece haber sido el significado original" (Stevens, Cartas, p. 469). Súbitas aperturas del corazón , la mente y los sentidos, especialmente de los ojos; destellos de conciencia, “ajás “, analogías, epifanías únicas que conmueven al alma, la llevan al limite y la liberan de la caja.
La caja también es psicología; no la psique, es la "ología" , ese sufijo parasitario que seca la psique. Mucho antes de que hubiera psicología había cuentos, historias contadas por ancianas, cuentos de abuelas, crónicas orales de los orígenes y de los grandes hechos, teatro o tragedia y comedia, cotilleos cotidianos contados por mensajeros, lecciones aprendidas al lado de un maestro, historias transmitidas y enriquecidas en los caminos del mundo y los caminos del alma. Mucho antes de la psicología existía la observación de los médicos a pie de cama, de los capitanes en los campos de batalla, de los pintores de retratos, de los criadores de animales y cazadores con trampa, de comadronas y de jueces y de verdugos. Los informes de casos en psicología son con demasiada frecuencia intentos chapuceros de continuar con la tradición de narrar historias. Demasiado rápido extraemos conclusiones teóricas obligados por la "ología" para empaquetar la psique en una caja. Obtendríamos así de cada historia el trofeo del sentido.
Un método estético, si se me permite llamarlo así, dejaría idealmente que la belleza de un acontecimiento, su sorpresa y su asombro, instruya al alma, la eduque conduciéndola hasta un limite, fuera de la caja de lo ya concebido , hacia la consideración y el asombro. El método se adecúa a las correspondencias que componen el cosmos mismo, cada cosa implicando otras cosas por semejanza más que por causalidad, en un orden implícito del mundo. Metáforas y analogías en abundancia. El despliegue de imágenes se dirige a la base poética de la mente..."

James Hillman
La Bóveda Azul: El Caelum como experiencia ( fragmento)